“Nadie que haya aliviado el peso de sus semejantes habrá fracasado en este mundo” Charles Dickens
Me tocó escuchar un comentario, de que más preocupante que la crisis médica que estamos viviendo, iba a ser el desastre económico que ya está impactando a México; y sin restarle importancia, si un familiar nuestro llegara a enfermarse gravemente, seguro que no nos importaría lo económico, con tal de que nuestro familiar se recupere.
A pesar de saber la gravedad de la situación, las autoridades siguen negando una realidad, que a los ojos de los ciudadanos es evidente, todos nos damos cuenta ya sea de manera directa o a través de terceros, que en varios hospitales públicos, no se han tomado medidas para prevenir contagios, ya sea con pacientes de otras enfermedades y con el personal médico que ahí labora.
Hoy el presidente López Obrador ya se dio cuenta que no era lo mismo criticar como lo hizo durante varios años, que tener el poder público bajo su mando, y no saber qué hacer con él, como le está pasando; obviamente nunca previó o nunca escuchó a asesor alguno, que decisiones como haber eliminado el seguro popular, y haber modificado el sistema de adquisiciones de medicinas, le fueran a resultar costosas en un muy corto plazo.
Seguro había corrupción en la adquisición de equipos y medicamentos, y algunas otras cosas para quitar o modificar, en aras de un servicio médico de calidad, pero la forma en que se implementó el cambio no fue la adecuada, por lo que, además de tener que hacer frente a este nuevo virus COVID 19, existe otro universo de pacientes que siguen necesitando su medicina, tratamientos o cirugías, y que hoy parece que pasan a un segundo plano.
El presidente debe saber que estar al frente del gobierno, es tener que hacerse cargo de múltiples responsabilidades con el apoyo de expertos, pero al final, es y será él, al que primeramente se le atribuirá lo bueno o lo malo, y es precisamente en el plano económico, en el que no le está yendo nada bien en este momento.
Muchos empresarios de todos los niveles y sus trabajadores, esperaban ansiosos el pasado domingo, un anuncio de un plan que apoyara al sector productivo del país; en cambio, recibimos otro de los informes de gobierno, una serie de datos sobre programas sociales, que a juicio de muchos, solo tienen como objetivo incrementar el asistencialismo, o la compra de futuros votos.
El ejemplo de propuestas en medio de la crisis, lo está dando la sociedad organizada, porque fue el Consejo Coordinador Empresarial quien, mediante videoconferencia con más de 4,000 empresarios, convocó a un Acuerdo Nacional en Favor de México, con el objetivo de apoyar a pequeñas y medianas empresas y reactivar la economía nacional, algo que parece no se le ocurrió o no quiso hacer, el inquilino de Palacio Nacional.
